Centro de Estudios Wilhelm Reich

CENTRO DE ESTUDIOS WILHELM REICH. Buenos Aires. Argentina

jueves, 18 de noviembre de 2010

ANÁLISIS DEL CARÁCTER : REICH Y LOWEN


Carácter masoquista
Reich
En el masoquista el mecanismo específico del placer consiste en que mientras él se esfuerza por lograr el placer como cualquier otra persona, un mecanismo perturbador hace fracasar ese ese esfuerzo y le hace experimentar como displacenteras sensaciones que la persona normal experimenta como placer, una vez que esas experiencias superan determinada intensidad. Lejos de esforzarse por buscar el displacer, el masoquista sufre una intolerancia específica a las tensiones psíquicas y una excesiva producción de displacer, mucho mayor que cualquier otra neurosis.
Rasgos típicos del carácter masoquistas son los siguientes: Subjetivamente  una sensación crónica de sufrimiento, que aparece objetivamente como una tendencia a lamentarse, tendencias crónicas a dañarse a sí mismo y al auto menosprecio (masoquismo moral), y una compulsión a torturar a los demás, que hace sufrir al masoquista no menos que al objeto. Conducta torpe, de escaso tacto en sus modales y en su relación con los demás, a menudo tan acentuada que puede dar la impresión de una deficiencia mental. Estos síndromes caracterológicos pueden ser en algunos casos evidentes, mientras en otros muchos están encubiertos por una máscara superficial.
Como cualquier otro carácter, la actitud masoquista no se revela solo en las relaciones interpersonales, sino también en la vida interna de la persona. Hacia los objetos introyectados, es decir hacia el super yo, se mantienen actitudes originalmente ligadas a objetos, esto, con frecuencia, tiene importancia decisiva. Lo que en origen fue externo y luego se internalizó, debe volver a externalizarse en la relación terapéutica, en la transferencia se repite lo adquirido en la infancia en la relación con el objeto.
Percepción displacentera del aumento de excitación sexual: La base especifica del carácter masoquista
No existe estructura neurótica sin alguna forma de perturbación genital. En el carácter masoquista, las perturbaciones del orgasmo revisten forma específica. A menudo, no resultan evidentes hasta haber eliminado en forma más o menos completa la impotencia o la anestesia, ello explica que hasta ahora tales perturbaciones fueran pasadas por alto. Hemos visto ya que el carácter masoquista tiene una producción aumentada de displacer, que confiere una base real a su sentimiento de sufrir. Hemos visto, además, que el masoquista trata constantemente de dominar la tensión y su disposición a la angustia, y lo hace usando mecanismos inadecuados; más aún, es típico del carácter masoquista que sus intentos de evitar la angustia sólo provocan más tensión y displacer, lo cual, en un círculo vicioso, vuelve a aumentar la disposición a la angustia. Hemos encontrado también que el castigo masoquista, o la fantasía de tal castigo representa un sustituto de otro castigo que se espera.
¿Puede una fuerte experiencia de angustia vivida a los tres años, producir la fijación masoquista de la fantasía de ser golpeado?
No, pues el paciente podría, como lo hacen otros, abandonar por completo el impulso sexual que provoca el temido castigo; al hacerlo, podría ahorrarse la solución masoquista de la situación de castigo, la cual sólo provoca sufrimiento. Así pues, debe haber algo más en la base del mecanismo masoquista específico.
Este mecanismo no puede descubrirse mientras el paciente no haya progresado basta llegar al nivel genital, es decir, hasta tanto desarrolle impulsos genitales. Entonces encontramos una nueva dificultad. El paciente desarrolla un acentuado deseo genital que en un comienzo elimina gran parte de su actitud masoquista: pero en ocasión de su primera experiencia genital real, siente displacer en lugar de placer, como resultado de ello, se retrotrae a la "ciénaga" masoquista de su pregenitalidad anal y sádico-masoquista. Años enteros pasaron antes de que apreciaramos con claridad que la "incurabilidad del masoquista, que quiere aferrarse a su sufrimiento", se debía sólo a nuestro defectuoso conocimiento de su funcionamiento sexual.
Este concepto no conlleva el negar el hecho de que el autocastigo puede tranquilizar la conciencia. Pero este hecho debe valorarse adecuadamente. La  mitigación de 1os sentimientos de culpa mediante el castigo es un proceso superficial, que no llega al núcleo de la personalidad; es relativamente raro y además es un síntoma y no la causa de una neurosis.
Por otra parte, el conflicto entre el deseo sexual y el temor al castigo es un hecho crucial en toda neurosis; sin este conflicto, no hay proceso neurótico; no es en sí mismo un síntoma, sino la causa de la neurosis. La valoración psicoanalítica de la necesidad de castigo ha dado como resultado una engañosa modificación de la teoría psicoanalítica de las neurosis, y de la teoría de la terapia, bloqueando el camino hacia una prevención de la neurosis y oscureciendo el origen sexual y social de las neurosis.
El carácter masoquista se basa en una actitud espástica*, no sólo en su aparato psíquico sino también en su aparato genital, actitud que inhibe de inmediato cualquier sensación intensa de placer, transformado en displacer. Esto alimenta constantemente el sufrimiento que está en la base de las reacciones del carácter masoquista. Queda implícito que independientemente de la minuciosidad con que analicemos el significado y la génesis del carácter masoquista no lograremos resultado terapéutico alguno a menos de penetrar hasta la génesis de esa actitud espástica. De otra manera, no podremos establecer la potencia orgástica, único factor capaz de eliminar la fuente interna de displacer y de angustia.
*Espasticidad: (la espasticidad es una alteración motora caracterizada por reflejos tendinosos aumentados, a veces acompañado de clonus, e hipertonía muscular  muy peculiar), Clínicamente se percibe como una sensación de resistencia aumentada al movilizar pasivamente la extremidad de un paciente, esta resistencia puede aumentar y alcanzar un máximo en determinado arco del movimiento (pudiendo frenarlo), para ceder súbitamente si se continúa el estiramiento. (el derrumbe masoquista)
El masoquista a pesar de su gratificación anal y uretral al parecer libre y excesiva posee una angustia e inhibición anal y uretral que se remonta a la temprana infancia. Esta inhibición se transfiere luego a la función genital y proporciona la base inmediata para su excesiva producción de displacer.
En realidad, parece que estuviese esforzándose por lograr el displacer. Lo realmente sucedido es que siempre se interpone la angustia y, con ella, el placer deseado llega a percibirse como el peligro anticipado. El placer final es reemplazado por el displacer final. Eso resuelve el problema de una compulsión de repetición más allá del principio del placer. El masoquista da la impresión de querer repetir una experiencia displacentera.
En realidad, se esfuerza hacia una situación placentera, pero la frustración, la angustia y el temor al castigo se entrometen y hacen que el objetivo original se borre o se torne displacentero. En otras palabras, no existe una compulsión de repetición más allá del principio del placer; los fenómenos correspondientes pueden explicarse dentro del marco de referencia del principio del placer y el temor al castigo.
La actitud y la fantasía masoquistas derivan pues de la percepción displacentera de la sensación placentera; se trata de un intento de dominar el displacer a través de una actitud que se formula psíquicamente como" Soy tan desgraciado, quiéreme'" La fantasía de ser castigado debe intervenir porque la exigencia de cariño contiene también demandas genitales que obligan al paciente a desviar el castigo desde el frente hacia la parte trasera: "Castígame, pero no me castres'" En otras palabras, la reacción masoquista tiene un fundamento específico de neurosis estásica. El centro de los problemas del masoquismo, pues, estriba en las perturbaciones específicas de la función placentera, La analidad moviliza todo el aparato libidinal sin poder, sin embargo, producir un relajamiento de la tensión.
La inhibición de la genitalidad no es sólo un resultado de la angustia, sino que a su vez la produce; esto aumenta la discrepancia entre la tensión y descarga, Subsiste la cuestión de por qué en los casos típicos la fantasía de ser castigado comienza, o bien se intensifica, inmediatamente antes del momento culminante. Es interesante ver cómo el aparato psíquico trata de disminuir la discrepancia entre tensión y descarga, cómo el impulso al relajamiento irrumpe, después de todo, en la fantasía de ser castigado.


Lowen:
El comportamiento del masoquista es mas provocativo que agresivo, la pauta dominante no es la euforia y depresión, sino mas bien, el esfuerzo y fracaso, autoafirmación y derrumbamiento. Estructura cargada, pero con una tensión muscular tan fuerte que le resulta imposible mantener la acción en el tiempo.
El masoquismo clínico es sadismo vuelto contra uno mismo. (Cuando la acción física está desprovista de ternura, su cualidad emocional se define como sadismo). La estructura del carácter masoquista es la sensación subjetiva de sufrimiento e infelicidad, se refiere a la persona que padece y se queja, pero sigue sumiso, sumisión como tendencia masoquista predominante en su manifestación externa, ya que internamente tiene sentimientos de negatividad, rencor, hostilidad y superioridad, sentimientos bloqueados por temor a la agresividad que provocan una estructura muscular de contención.
Solo manifiesta su queja. Acepta la realidad al tiempo que la combate, admite la racionalidad de sus exigencias al tiempo que se resiste a ellas. Se encuentra en conflicto más que cualquier otro tipo de carácter. Su queja habitual en terapia es que esta no sirve para nada, expresa la típica provocación masoquista “no eres bueno”, “no eres capaz de ayudarme”
Su energía está cargada de energía retenida, pero no congelada, limita su expresividad, y la contención es tan grande que se comprime y colapsa en cintura y cuello por el propio peso de sus tensiones, originando ansiedad y haciendo débiles los órganos periféricos.
Son bajos recios y musculares, tienen espeso vello en el cuerpo, cuello corto y grueso y cabeza hundida, cintura corta y ancha y pelvis prominente, que hace meter hacia dentro los glúteos. Para mantenerse seguro contrae fuertemente la pelvis y el vientre. Cuando la presión es excesiva utiliza la queja como válvula de escape, tiene la piel habitualmente oscura por el estancamiento de la energía.
El cuerpo adopta un aspecto de primate o simio y esto se produce por una tensión interrumpida,  presión de arriba y de abajo, a la que el niño no se pudo resistir, no tenía mas remedio que someterse, con lo cual prefirió aguantar la presión a enfrentarse a ella. Para tolerar esta tensión continua desarrolló excesivamente su musculatura, esta característica de sumisión y superdesarrollo muscular se hizo muy pronto, con lo que no pudo construir la musculatura necesaria para desarrollar la tolerancia, y en consecuencia no puede hacer frente a la tensión y opta por retirarse psicológicamente, se disocia de la situación y de la realidad, y habita un mundo de fantasía, o se refugia en el autismo.
En su mirada hay una expresión de sufrimiento o dolor, a veces disimulada con una nota de confusión, con el que está mas en contacto que con el sufrimiento interior.
 En el masoquista cuanto mayor es el esfuerzo mas desesperada se hace la situación, es una trampa en la cual se enreda. La fuerte contención que ejerce le reduce su agresividad y defensa así como la búsqueda del reconocimiento, solamente se queja, y en lugar de la agresividad provoca, buscando en el otro una reacción fuerte para a su vez poder responder con violencia, o para poder echar la culpa al otro.  Son sumisos y agradables, a un nivel más inconsciente su actitud es de negativismo y rencor. Deben sacar las emociones suprimidas para poder reaccionar con libertad ante las situaciones de la vida. No padecen sensación de vacío interior, se quejan de la presión interna y no presentan signos de privación.
Todo masoquista piensa que su madre le amaba. Es la forma de expresar ese amor y no la falta de él lo que ha originado el trastorno. Madre sofocante, dominante y abnegada que  aplasta y sofoca literalmente al niño, lo anula y le hace sentirse culpable ante cualquier intento de manifestar una actitud negativa. El niño reacciona ante la presión, llora se resiste y finalmente cede, mediante mirada, gesto y movimiento, pide a su madre simpatía y compresión. Esta apelación a los sentimientos maternos es desatendida poniendo como pretexto que “mama sabe lo que te conviene”, “yo siempre actúo por tu bien”, la negación de las necesidades espirituales del niño mediante el énfasis en las materiales de lugar al masoquismo.
Lo que se reprime es la creciente independencia del yo en formación, no es una represión hostil, es un desvelo, una protección y preocupación excesivos. Finalmente la madre logra la sumisión mediante las amenazas de ser privado del cariño materno si no obedece, o del amor que el niño debe sentir hacia la madre, lo que deja al niño en confusión, sus sentimientos tiernos son requeridos para bloquear la agresión, la cual, una vez bloqueada, impide a su vez la expresión de la ternura.
 Fuerte concentración en comer y eliminar. Todos los intentos por resistir fueron dominados. Experiencia común es la sensación de estar aprisionados con la sola salida del rencor, que acaba por derrotarle. Tiene miedo a cualquier situación precaria o a sacar cuello o genitales porque teme la mutilación, tiene pues tiene una fuerte ansiedad de castración.
El masoquista es capaz de establecer una relación íntima a base de una actitud de sumisión, es una relación a medias, pero es más íntima que otras estructuras, su ansiedad consiste en que si manifiesta algún sentimiento negativo o de libertad, puede perder la relación que ha logrado. Su conflicto está entre el amor o intimidad y la libertad, ya que si se siente libre de manifestar lo que siente piensa que no va a ser querido, con lo que se dedica a confluir “Yo seré tu fiel compañero y amigo y tú me querrás” La agresividad del masoquista no es tan pasiva como parece, está oculta, la manifiesta en sus quejas y protestas.
Todos se sienten inferiores al haber sido humillados de niños, pero por dentro se creen superiores a los demás, desdeñan a cualquiera que en realidad tenga una posición superior. Su problema es que en esta ilusión interna de superioridad piensa que no hace lo suficiente porque no quiere, y así se va explica su fracaso continuo. El fracaso alimenta y corrobora su sentimiento de superioridad. En terapia no dejan que salga bien el tratamiento, no colaborando, porque esto sería reconocer la labor del terapeuta.
Su ilusión de superioridad es saber que es capaz de aguantar hasta donde nadie aguanta, llegar donde los demás abandonan y encarar situaciones conflictivas, el problema de esta virtud es cuando queda ciega la visión de realidad, y no ve lo doloroso de la situación, la parte autodestructiva y masoquista.
Junto a una musculatura desarrollada tiene una espiritualidad reducida, es pesado y ligado a la tierra, el lado espiritual del organismo está aplastado por el sistema muscular.


Sobre la terapia del masoquismo
Reich
Establecer una vida sexual sana, una sana economía del sexo, requiere dos procesos terapéuticos: liberar la libido de sus fijaciones pregenitales y eliminar la angustia genital. Se da por sentado que esto tiene lugar mediante un análisis del complejo de Edipo pregenital y genital. Merece destacarse sin embargo, en forma especial, un punto técnico: el peligro de disolver las fijaciones pregenitales sin eliminar al mismo tiempo la angustia genital. Como en este caso la descarga orgástica de energía permanece inhibida, existe el peligro de un aumento de estasis sexual. Este peligro puede aumentar hasta llegar al suicidio, precisamente en una época en la cual el análisis de la pregenitalidad ha logrado buenos resultados. Si a la inversa, eliminamos la angustia genital sin eliminar las fijaciones pregenitales, las energías genitales siguen siendo débiles y la función genital no puede liberar la totalidad de la angustia.
El problema principal en la terapia del masoquismo consiste en superar la tendencia del paciente a dejar mal parado al analista. La medida más importante es poner al descubierto la índole sádica de este comportamiento masoquista. Esto invierte el proceso original del sadismo vuelto hacia adentro, hacia uno mismo,  las fantasías pasivo-masoquistas anales se convierten en fantasías activo-sádico-fálicas. Cuando la genitalidad infantil se reactiva en esta forma resulta posible poner al descubierto la angustia de castración encubierta anteriormente por la reacción masoquista.
Va implícito en todo esto que estas medidas no Influyen todavía en lo más mínimo sobre el carácter masoquista. Sus quejas, sus rencores, sus tendencias a dañarse a sí mismo y su torpeza, que presenta un motivo racional para retraerse del mundo, persisten por lo general hasta que resulta posible eliminar la perturbación descrita más arriba y relacionada con el mecanismo del placer en la masturbación. Una vez logrado el orgasmo genital, el paciente sufre fácilmente un rápido cambio. No obstante, subsiste por algún tiempo la tendencia a retroceder al masoquismo ante la más ligera decepción, frustración o insatisfacción.
Aun el trabajo consecuente y minucioso, tanto sobre la angustia genital como sobre la fijación pregenital, pueden garantizar el éxito solo si el daño infligido al aparato genital no es demasiado severo y si además el ambiente que rodea al paciente es tal que no le arroje una y otra vez a su antiguo surco masoquista. Así por ejemplo, el análisis de un joven será mucho más fácil que el de una mujer masoquista en la edad de la menopausia, o económicamente ligada a una situación familiar poco afortunada.
El trabajo minucioso sobre los rasgos del carácter masoquista debe continuarse hasta la finalización del tratamiento; de no ser así, con toda probabilidad caeremos en las situaciones más difíciles durante las frecuentes recaídas que se producen cuando se está en camino de establecer la primacía genital. No debemos tampoco olvidar que una disolución definitiva del carácter masoquista no puede producirse hasta que el paciente ha llevado durante un período considerable una vida económica en sus aspectos de trabajo y de amor, es decir, hasta mucho después de terminado el tratamiento.
Debemos considerar con el mayor de los escepticismos el éxito del tratamiento en los caracteres masoquistas, en especial aquellos que presentan una perversión manifiesta, mientras no hayamos comprendido todos los pormenores de las reacciones caracterológicas y por consiguiente no las hayamos realmente hecho a un lado. Por otra parte, tenemos todos los motivos para ser optimistas una vez logrado esto, vale decir, una vez establecida la genitalidad, aunque en un comienzo lo sea  en la forma de angustia genital. Entonces, las repetidas recaídas ya no habrán de molestarnos.
Pues si explicamos el masoquismo mediante un instinto de muerte, confirmamos al paciente su reconocida voluntad de sufrir, lo que corresponde a la realidad y lo único que garantiza el éxito terapéutico es desenmascarar la voluntad de sufrir y presentarla como una agresión disimulada. Hemos mencionado dos tareas específicas en la terapia del masoquismo: volver a transformar a éste en sadismo, y pasar de la pregenitalidad a la genitalidad. La tercera tarea específica es la eliminación de la actitud espástica anal y genital que, según se ha descrito, es la fuente aguda del sufrimiento.
Queda implícito que esta presentación del proceso masoquista dista mucho de resolver todos los problemas del masoquismo. Pero una vez vuelto a apreciar el problema del masoquismo dentro del marco al cual pertenece, el del principio del placer-displacer, queda otra vez abierto el camino hacia una solución de los demás problemas, bloqueado hasta entonces por la hipótesis del instinto de muerte.
LOWEN:
La terapia con el masoquista estriba en la base de apoyo, comprensión y simpatía, haciendo abstracción de la hostilidad, desconfianza y desesperanza que manifiesta, eso sí, evitando que el paciente haga responsable al terapeuta de su estado, manteniendo un equilibrio entre la simpatía y apoyo y el análisis crítico de su comportamiento.
Para trabajar con él hay que pedirle que exprese sus sentimientos negativos con autenticidad. La agresión contenida es lo que origina el sentimiento negativo. Mientras esto persiste es difícil avanzar en el proceso, ya que encerrado tras esta actitud negativa, desconfía del mundo, de la realidad y del terapeuta, no hay amor ni aprobación que pueda traspasar la barrera, y ningún sentimiento positivo puede ser expresado a través de ella, esta es la razón de su sufrimiento.
Desconfía, en definitiva, de él mismo, de sus actos y de su mejoría. Para atravesar esta poderosa resistencia hay que buscar su confianza y buena voluntad, con simpatía real, ya que su sufrimiento es real, aprobando y aprovechando cualquier contenido positivo que de él provenga.
De esta forma su transferencia y actitud en terapia sería la de, en primer lugar, buscar la aprobación del terapeuta, pensando en que una vez la logre todo irá bien, si esto no le funciona, intentará que el terapeuta haga las cosas en su lugar, como una madre protectora, poniéndose en dependencia y resistiéndose a su responsabilidad en el proceso. Su desconfianza le lleva al temor de mostrarse tal cual es por el temor a ser rechazado por el terapeuta.
De una manera figurada hay que azotarlo, se necesita una potente fuerza externa que le permita seguir avanzando, ambivalencia, vacilación e incertidumbre caracterizan su comportamiento, antes de poder expresar un impulso debe atravesar la duda, por lo que el impulso es reprimido y empujado contra la resistencia.
El masoquista debe sufrir, en cuanto deja de esforzarse le invade la tristeza, si se libera del rencor que bloquea su sumisión, aparecerá un niño profundamente infeliz, pero, que podrá dejar atrás su fijación de carácter, sin olvidar que la disolución definitiva del carácter no de produce hasta que ha logrado llevar adelante una vida amorosa y ha ejercido un trabajo durante bastante tiempo, es decir, bastante después de haber terminado su terapia.
La queja es el sello masoquista, el tono lastimero de voz, las repeticiones e insinuaciones de culpabilidad no tienen el objeto de exponer un problema, buscan el enfado del terapeuta, cuando logran esto entran en una mejoría de comportamiento y sentimientos. Son provocativos en busca de la excitación que les permita una descarga emocional.
Otra característica es el desprecio que el masoquista siente por los demás, que se vuelve contra él, en una tendencia a dañarse y despreciarse a sí mismo: “Mira que despreciable soy” ¿Porqué no me amas?, teme comportarse con firmeza tal como teme una fuerte erección genital, sus movimientos no son firmes ni vigorosos, sino desordenados. A través de su sentimiento de humillación, experiencias vividas,  se siente bastante incapaz y un poco inútil, su necesidad desmesurada de aprobación  les lleva a ser serviles y dependientes, y tratan de agradar con la esperanza de que así obtendrán amor.
Aunque el masoquismo tiene su origen en prácticas iniciadas durante el segundo año de vida, la estructura de carácter no adquiere forma definitiva hasta mas tarde.
El carácter masoquista es de una estructura pregenital, el patrón de su comportamiento sexual está constituido por tentativas y recriminaciones, esfuerzos y resentimientos, la sexualidad está asociada a un sentimiento de culpabilidad, vergüenza de la genitalidad y el temor a la afirmación del yo. En sexualidad tienen miedo al dolor que les podría producir una descarga fuerte, así pues, el masoquismo no se desarrolla hasta después de la pubertad, el niño rebelde presenta rasgos masoquistas, pero no hay en el sensación de sufrimiento, esto se produce después de sentir la necesidad sexual.
Busca conseguir amor a cambio de esfuerzo y trabajo no da importancia a los bienes materiales (en apariencia), puesto que la propiedad es importante para él.
Por el bloqueo que siente en la expresión del sentimiento puede parecer lento o torpe en su expresión, tras la máscara de bonachón se oculta el miedo, pero esto es porque su inteligencia está al servicio de su desconfianza, ya que percibe y comprende el comportamiento de los demás de una forma penetrante.
El carácter oral teme proyectarse al mundo, el masoquista trata de asir la realidad, pero con tales dudas que la acción se interrumpe antes de alcanzar su objetivo, se relacionan en que ambos son estructuras pre-genitales, por su falta de independencia y seguridad, y por la necesidad de un entorno favorable.
En el oral la producción de energía es tan reducida, que apenas se da sensación de sufrimiento, el masoquista posee alta producción energética y reducida capacidad genital, lo que le produce infelicidad y frustración. Las estructuras del yo mejor organizadas tienen un mayor equilibrio entre el exceso de producción de energía y la capacidad de descargarla, entre lo Sensitivo y lo motor, entre lo espiritual y lo material de su propia naturaleza.
La oralidad es un sentimiento de privación padecido durante la primera infancia, el masoquismo es resultado de una represión activa de la independencia y la autoafirmación del niño a la edad en que el niño toma conciencia de las funciones oral y anal, donde la intromisión y el dominio de las oral y anal por parte de la madre es especialmente responsable.
Si el carácter oral se distingue por un “no puedo” inconsciente, el masoquista está determinado por un “no quiero” igualmente inconsciente, ambas son estructuras deficientes del yo derivadas del predominio de impulsos genitales.
Los dos son caracteres ansiosos. El oral se presiona cuando ha de afrontar situaciones de trabajo o de relaciones sociales, el masoquista la experimenta antes de enfrentar la situación, ya que siempre se encuentra sujeto a gran presión. El oral retrocede ante la realidad y se refugia en la fantasía o en la depresión, el masoquista se retira a una soledad melancólica.

lunes, 15 de noviembre de 2010

LAS 'RUNDBRIEFE' DE OTTO FENICHEL

NOTAS SOBRE RAPAPORT Y LAS CIRCULARES DE FENICHEL

GUILLERMO DELAHANTY



Las 119 Rundbriefe (cartas circulares) de Otto Fenichel fueron editadas en dos volumenes por Johannes Reichmayr y Elke Mühlleitner en la editorial Stroemfeld de Frankfurt. El primer volumen esta dedicado a Europa y comprende de 1934 a 1938, escrito en alemán y el segundo de 1938 a 1945, una parte también en alemán y ulteriormente en inglés. La primera carta está fechada en marzo de 1934, desde Oslo, y la última 14 de julio de 1945 desde Los Angeles, California.
Previamente las cartas originales y sus copias de carbón fueron primero empleados por Russell Jacoby para su investigación sobre Fenichel y la política psicoanalítica. Revisa el contenido subversivo de las cartas. Libro que me permitió a mi mismo utilizarlo como material para mi investigación sobre el marxismo y psicoanálisis.
Las circulares son profusas, bastante documentadas, con múltiples revisiones de trabajos de sus colegas y de otros académicos de las ciencias. El sentido de las cartas era mantener una red de comunicación entre los psicoanalistas, con orientación socialista o marxista, que primero fueron expulsados de la sociedad psicoanalítica de Berlín, y después tuvieron que emigrar por su condición de judíos a E. U.
El círculo de los corresponsales son Otto Fenichel, Georg Gerö (1901-1993), Samuel Goldschein (1901-1960), Edith Gyömröi (1896-1987), Nic Hoel, (1905-1960), Edith Jacobson (1897-1978), Barbara Lantos (1894-1962), Kate Friedländer o Käthe Misch (1902-1949), Annie Reich (1902-1971) y Wilhelm Reich (1897-1957) (corresponsal hasta fines de 1934). Hubo simpatizantes como Erich Fromm, Sabina Spielrein, Wera Schmidt, Paula Heimann, etc.
Las cartas no son exclusivamente redactadas por Fenichel, sino que incluyen trozos de escritos de los demás colegas, por ejemplo, Fenichel reproduce la carta circular que Reich envió a su grupo, apunta: "Reich escribe:..." y reproduce en la circular numero 2, su carta enviada desde Malmoe con fecha el 26 de marzo de 1934, y Fenichel escribe la suya desde Oslo, en abril de 1934 (pp. 69-75). Sobre el conflicto de este vinculo permitan una dispersión, es interesante continuar incesantemente con las investigaciones históricas del psicoanálisis, para muestra basta un botón.
Con relación al rumor de la enfermedad mental de Reich y de su internamiento en un hospital, éste cuenta en una entrevista, que el rumor lo inició su analista Sandor Rado en 1934 por sus celos porque su esposa bailaba eróticamente con Reich. El creyó que Fenichel lo recogió y lo difundió. La historia oral que realiza Bluma Swerdloff, en la Universidad de Columbia, confirma el testimonio de que Rado le comunicó a Annie que su esposo Wilhelm (había sido su paciente por cuatro meses) padecía de una esquizofrenia (Roazen y Swerdloff, 1995). Según Reich, fue a Fenichel a quien realmente lo internaron tres semanas por una crisis causada por la expulsión de su amigo y colega de la IPA.
Tal vez la primera referencia publica sobre las circulares la realiza Reich en la entrevista: "El lado flaco de Fenichel era el 'Tratsch' (chisme) psicoanalítico. Sembraba el mundo de cartas sobre lo que uno hacía al otro" (Higgins y Raphael (1967, p. 100).
Fenichel escribió la ultima carta la el 14 de julio de 1945, anunciando que ya no volvería a enviar las circulares por la decepción de que el grupo no respondía mas a su contenido, incluso evitaron un encuentro para discutir los temas sociales que le preocupaban en relación con la institución psicoanalítica, pero la herida narcisista más poderosa fue de que ni siquiera nombrasen nada relativo a las circulares. Además, advertía de que ya no iba a contar con tiempo suficiente para dedicarse a esa tarea por el momento, pero que quizás mas adelante se podría retomar el asunto de la comunicación colectiva. Y la meta es la que narramos a continuación.
La muerte de Fenichel fue prematura, provocada por su intención de adquirir la certificación médica, exigida por el estado de California; por ese motivo se le ocurrió realizar el internado rotatorio en un hospital, obligatorio como tramite para que todo estudiante de medicina pueda obtener su licencia médica. En otro estado podría haber ejercido como psicoanalista. Como allí no tenía reconocimiento, entonces era considerado como analista profano. Para alcanzar su certificación como psicoanalista reconocido desde la medicina, opta por ese camino. Pero, Fenichel no contaba ni con la edad, ni con la energía para soportar el ritmo frenético de un joven que debe de atender urgencias y a muchos pacientes en un ciclo rotativo de dos días con su noche continua, por un día de descanso. Además, era un hombre con sobre peso y excesivamente ansioso por abarcar todo en su vida cotidiana. Explotó. La causa del fallecimiento fue un aneurisma cerebral.
Su manuscrito sobre las neurosis estaba en prensa, ya habia revisado las galeras, se publicaría en enero de 1946, pero con la fecha de edición de 1945. Su analizado Ralph R. Greenson lo denominó el psicoanalista con un conocimiento enciclopédico. Quién conoce el libro de La teoría psicoanalítica de las neurosis, Buenos Aires, Paidós, 1966, puede apreciar, simplemente que en su revisión hay 1646 referencias de artículos y libros. Hanns Sachs lo catalogó como una enciclopedia jurídica (sic), según Bertram D. Lewin en su introducción a las obras completas de Fenichel. El único libro publicado en vida fue Problemas de técnica psicoanalítica (1939), México, Editorial Pax, 1960, con 200 citas bibliográficas, en un pequeño libro de bolsillo.
Harris y Brock (1991) demostraron que David Rapaport era el curador del material de las cartas circulares de Fenichel. Las 2,500 páginas fueron coleccionadas y preservadas por el colega y traductor de Fenichel. Rapaport con el material habia planeado publicar en una edición las círculares. Hanna Fenichel le había entregado las copias y los derechos literarios. Con el propósito de completar el material, Rapaport buscó copias de otras misivas, por ejemplo, escribió cartas a Annie Reich, a Paula Gross y, supongo que también a Samuel Goldschein, (o Shmuel Golan), posiblemente le envío algún material, porque según los editores de las circulares mantenía contacto permanente con él y Erikson desde Palestina. (Por cierto, que su única obra escrita y en colaboración, fue la traducción al hebreo de la Autobiografía (1925) de Freud, en 1947. Lawrence J. Friedmann (1999), en una nota al pie de pagina cuando menciona la relación de amistad de Rapaport con Erikson, describe que en la Biblioteca del Congreso de los E.U. en la sección manuscritos: Rapaport Papers, se encuentra un documento esbozado su plan para editar y publicar las Circulares. Rapaport depositó el material en la biblioteca de la comunidad terapéutica Centro Austen Riggs donde trabajaba. El acceso a la biblioteca es fácil durante las horas de oficina, pero no se permite hacer copias para el público.
¿Por qué el silencio de los editores de las circulares, no obstante que citan el trabajo de Harris y Brock, en su artículo de 1996 que cuentan como fue el origen del asunto? Lo curioso es que en la lista de sus reconocimientos aparece el nombre de la secretaria de la biblioteca: Helen Linton (Stockbridge), sin especificar puntualmente su papel.
Por su parte, Jacoby establece que los papeles estaban en posesión de Randi Markowitz. Otras cartas las consiguió con un amigo y colega de Fenichel Emanuel Windholz (1903-1986) que comenzó a recibir las circulares desde 1943. Se formó como psicoanalista en Praga. De Checoslovaquia emigra y pertenece a la Sociedad Psicoanalítica de San Francisco. Jacoby también consultó los papeles bajo resguardo del Hanna Fenichel Testamentary Trust, y agradece la colaboración de Clare Fenichel.
¿Por qué entonces no se reconoce el papel de Rapaport en las ediciones de las cartas de Fenichel? Es notable que en las círculares solamente hay una cita del nombre de David Rapaport, no en términos personales, sino a raíz de una de sus publicaciones, Emotions and Memory (1942) [Baltimore, William y Wilkins, existe una segunda impresión en 1950 por la editorial International Universities Press de New York], en la fila número 9, citado alfabéticamente como una de las principales obras psicoanalíticas publicadas de 1942 y 1943 (circular número 112 del 25 de octubre de 1944, p. 1863).
Mi intención con estos datos introductorios es demostrar sobre el encargo que como editor realmente había planeado publicar las cartas, pero que evidentemente no pudo alcanzar su meta porque murió prematuramente.
Ahora bien, nuestra primera pregunta es: ¿por qué Rapaport?
Existe compatibilidad entre ambos autores, Fenichel y Rapaport comparten, junto con Bernfeld, una ideología e incluso una visión del mundo: en su juventud militaron como socialistas, sionistas con experiencias radicales. Con estos datos lo extraño es que Jacoby en su libro omite el nombre de David Rapaport, cercano a Fenichel en su prolífica producción, su conocimiento enciclopédico de la metapsicología psicoanalítica y de sus fallecimientos prematuros (Gifford, 1985). Otto Fenichel (2 de diciembre de 1897 al 22 de enero de 1946); David Rapaport (30 de septiembre de 1911 al 14 de diciembre de 1960); lo curioso es que ambos murieron a los 49 años de edad.
Desde el punto de vista de oficio, la tarea de Rapaport era conocida por lo siguiente: primero tradujo y después editó, junto con Hanna Fenichel, la esposa de Otto, las obras completas de Fenichel en dos volúmenes: The Collected Papers of Otto Fenichel (1953-1954), New York, David Lewis, sesenta y un artículos de 1922 a 1946, con sendas notas bibliográficas al pie de página.
Los artículos sin incluir, editados por Gente (1970), son: "Análisis crítico: Wilhelm Reich, Materialismo dialéctico y psicoanálisis" (1931), y, Sobre el psicoanálisis como embrión de una futura psicología dialéctico-materialista" (1934). Por otra parte, Fallend (1995) registra una lista de los artículos y recensiones politicas de Fenichel. En la revista del Instituto de Investigación Social de Frankfurt hay tres reseñas (cf. Zeitschrift fur Sozialforschung, vols. 2, 1933 y 3, 1934).
Rapaport solía escribír profusamente en las traducciones y ediciones de las siguientes obras, que le aportaron una experiencia excepcional, véase:
1. El voluminoso texto Organization and Pathology of Thought (1951), New York, Columbia University Press, con 27 trabajos, incluídos Freud, Karl Bühler, Herbert Silberer, Eugen Bleuler, Kurt Lewin, etc.
2. El libro de Paul Schilder, Medizinische Psychologie (1923), traducido como Medical Psychology (1953), New York, International University Press. También con notas al pie de página, y finalmente,
3. De Heinz Hartmann, Ich-Psychologie und Anpassungsproblem publicado en las revistas International Zeitschrift fur Psychoanalyse e Imago (1939), traducido como Ego Psychology and the Poblem of Adaptation (1958) (hay versión en español La psicología del yo y el problema de la adaptación (1960), México, Asociación Psicoanalítica Mexicana y Pax Editores, traducido por Ramón Parrés y Mauro Torres, con un prefacio de Hartmann).
¿Cómo se conocieron?, no lo sé, pero podría establecer la hipótesis de que fue en algunas de las visitas que realizó Fenichel para impartir alguna conferencia, etc. supervisión o seminario.
Fenichel primero hizo una parada en la Clínica Menninger de Topeka, Kansas cuando viajaba de Europa a Los Angeles en 1938, pero no se quedó porque a Karl Menninger le molestaba su escaso inglés, y sus hábitos alimenticios (sic). Rapaport aún no trabajaba en el hospital. El llegó a laborar el 2 de julio de 1940 como psicólogo clínico.
Las fechas en que Fenichel reporta de su visita a la Menninger son:
En la carta 117 del 20 de abril de 1945 planeó un viaje en el cual asistiría a la clínica para dictar una conferencia sobre los motivos de defensa y un seminario de dos tardes sobre neurosis de compulsión y neurosis histérica (p. 1914). También dictó una conferencia el 18 de mayo de 1945, sobre motivos y defensa. (n. p. 27, p. 1915).
En la carta 90 del 10 de julio de 1942, escribe que es invitado en el verano del 41 para construír el comité bajo una presidencia marginal de Robert P. Knight y obtener el reconocimiento como institución de formación psicoanalítica alcanzó su reconocimiento por la APA en 1942.
¿Cómo nos imaginamos la edición de Rapaport? Evidentemente con una profusión de notas al pie de página que tal vez se hubiesen convertido en más de dos tomos. Recordemos las múltiples y detalladas notas de referencia de su libro Organization... por ejemplo, en el libro de 27 capítulos hay 3944 notas en total que corresponden a un promedio de 146 notas al pie de página por capítulo. Enriquecidas por su conocimiento enciclopédico del psicoanálisis, de la historia, de la filosofía y de la psicología. Con razón Rodrigué, testigo de su última fase de vida, dijo: "David Rapaport, un monstruo teórico que solo atendía a un paciente y el resto del día estudiaba. Su seminario era un terror, la leyenda decía que habia leído La interpretación de los sueños cuarenta y siete veces" (p. 69). Tal vez, por eso contaba con el tiempo suficiente para la tarea.
En cambio, las notas de la edición de Reichmayr y Mühlleitner se fundamentaron casí exclusivamente en el índice de Alexander Grinstein, pero con una rica referencia bio-bibliográfica de múltiples autores del mundo psicoanalítico.
Para finalizar transcribo el homenaje de Luis Féder (1962) a Rapaport cuando éste visitó a la Asociación Psicoanalítica Mexicana: "Con su capacidad de entresacar siempre lo esencial y bello se llevó, casi abrazando, una réplica escultórica azteca para que 'me acompañe en la soledad de mi cubículo'" (p. 7).
Referencias bibliográficas
Delahanty, Guillermo (1987), Psicoanálisis y marxismo, México, Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco/Plaza y Valdés.
Delahanty, Guillermo (2003), "Geopolítica de la psicología del yo. Las contribuciones de David Rapaport al psicoanálisis", Imagen Psicoanalítica, 1992, 1: 17-32. y en el sitio de internet Psicoanálisis en México, http://cartapsi.org/mexico.
Féder, Luis (1962), "Prefacio", en: Merton M. Gill y David Rapaport (1960) [1961], Aportaciones a la teoría y técnica psicoanalítica, México, Pax Editores, 1962.
Friedmann, Lawrence J. (1990), Menninger. The Family and the Clinic, New York, Alfred A. Knopf.
Friedmann, Lawrence J. (1999), Identity's architect. A Biography of Erik H. Erikson. Cambridge, Harvard University Press.
Gente, Hans-Peter (comp) (1970), Marxismo, psicoanálisis y Sexpol, Vol. I Documentos, Buenos Aires, Granica.
Gifford, Sanford (1985), "Repression or Sea-Change. Fenichel's Rundbriefe and the 'Political Analyst' of thr 1930's", International Journal of Psycho-Analysis, 66, pp. 265-271.
Greenson, Ralph R. (1966), "Otto Fenichel. La enciclopedia del psicoanálisis", en Franz Alexander, et. al, (comps), Historia del psicoanálisis, Vol. VI, Buenos Aires, Paidós.
Grinstein, Alexander (1956), The Index of Psychoanalytic Writings, New York, International Universities Press.

Harris, Benjamin y Adrian Brock (1991), "Otto Fenichel and the Left Opposition in Psychoanalyis", Journal of the History of the Behavioral Sciences, vol. 27, abril, pp. 157-165.
Higgins, Mary y Chester M. Raphael (comps) (1967), Reich habla de Freud, Barcelona, Editorial Anagrama.
Holt, Robert R. (1967), "David Rapaport: a memoir", en: Robert R. Holt (comp), Motives and Thought. Psychoanalityc Essays in Honor of David Rapaport, New York, International Universities Press.
Jacoby, Russell (1983), The Repression of Psychoanalysis. Otto Fenichel and the Political Freudians, Chicago y Londres, The University of Chicago Press.
Mühlleitner, Elke (1992), Biographisches Lexikon der Psychoanalyse, Tubingen, Edition Diskord.
Muhlleitner, Elke y Johannes Reichmayr (Eds), (1998), Otto Fenichel, 119 Rundbriefe (1938-1945), Vol. II: America, Frankfurt am Main/Basel, Stroemfeld.
Rapaport, David (1938-1960), The Collected Papers of David Rapaport, Merton M. Gill (comp) (1967), New York, Basic Books.
Reichmayr, Johannes y Elke Muhlleitner (Eds), (1996), "Otto Fenichel - Historiograph del Psychoanlytischen Bewegung", Psyche, 8, agosto, pp. 742-753.
Reichmayr, Johannes y Elke Muhlleitner (Eds), (1998), Otto Fenichel, 119 Rundbriefe (1934-1938), Vol. I: Europa, Frankfurt am Main/Basel, Stroemfeld.
Roazen, Paul y Bluma Swerdloff (1995), Heresy: Sandor Rado and the Psychoanalytic Movement, Northvale y Londres, Jason Aronson.
Rodrigué, Emilio (2000), El libro de las separaciones. Una biografía inconclusa, Buenos Aires, Editorial Sudamericana.
Shakow, David y David Rapaport (1960) [1964], Psicoanálisis y psicología contemporánea, Buenos Aires, Paidós.


OTTO FENICHEL

Otto Fenichel fue compañero de Wilhelm Reich desde que eran estudiantes de medicina. Integraron la Asociación Psicoanalítica de Viena, también los movimientos revolucionarios de esa época en Viena y Berlín. Ambos concluyeron en EEUU, aunque de forma diferente, ya que sus diferencias comenzaron en 1934.


Otto Fenichel

Sexología, psicoanálisis y política

Fue el tercero de tres hijos del Abogado Fiscal del Imperio, Leo Fenichel y su esposa Emma. Nació el 02.12.1897 en Viena, siendo brillante ya como estudiante del Gymnasium y militante revolucionario del movimiento juvenil vienés que era liderado por su compañero de estudios Sigfried Bernfeld. Pese a su falta de atractivo físico (según Käte Leichter), era centro del movimiento por sus conocimientos de psicoanálisis. Era un movimiento de protesta contra padres y profesores reclamando una "Cultura joven" propia, cuestionadora de la vieja pedagogía y hacia una nueva forma de relacionamiento entre los géneros. El psicoanálisis le brindaba elementos y bases de argumentación. Ya al realizar su primer semestre en la Universidad, entre 1915 y 1916, concurría a las conferencias de Freud. Fue amenazado de expulsión del Gymnasium por promover una estadística acerca del esclarecimiento sexual. Alentados por Fenichel en 1912, veinte estudiantes activaron la creación de un seminario sobre sexología en la Asociación Académica de Médicos Judíos para compensar las carencias de la formación curricular respecto a esa temática. Estos estudiantes se encontraban durante el semestre de verano y más tarde algunos de ellos pasaron a integrar las tradicionales noches de los miércoles de la Asociación Psicoanalítica Vienesa y formaron la segunda generación del Movimiento Psicoanalítico (Eduard Bibring, Grete Lehner, Wilhelm Reich, Otto Sperling). Poco después de finalizados sus estudios de medicina, Fenichel se dirigió a Berlín para formarse como psicoanalista en la policlínica psicoanalítica y en el Instituto de formación berlinés. En 1924 fue asistente en el equipo de la policlínica y en 1925 analista didacta. En mayo de 1926 comenzó una actividad de enseñanza muy prolífica en el Instituto de Psicoanálisis de Berlín. Las experiencias allí recogidas y su necesidad de sistematización encontraron expresión en sus "Teorías de las Neurosis", editadas en dos tomos en 1931. En 1924 creó el "Seminario de niños" que dirigió junto a Schultz-Henke hasta 1933. Así creó una tribuna donde analistas en formación discutían libremente temas de psicoanálisis y política. Fenichel llevó actas de estos encuentros en número de 168. Este foro de discusión creó un lugar para que los jóvenes freudianos orientados políticamente (Edith Jacobson, Erich Fromm, George Gero, Kate Friedländer, Annie y Wilhelm Reich) tomaran posición y discutieran acerca de temas de quemante actualidad. De filiació política de izquierda, compartían el entusiasmo por la creación de la Unión Soviética y fueron a visitarla personalmente. Fenichel escribió acerca de esta experiencia en "La colonia de trabajo abierta de Bolschewo", de 1931. La proximidad con su compañero de juventud Wilhelm Reich, hacía que ambos compartieran aún en sus escritos las opiniones políticas. Con el advenimiento del nazismo, un psicoanálisis comprendido políticamente ya no fue más una cuestión intelectual, sino un problema de la vida cotidiana y de sobrevivencia. Los freudianos conscientes políticamente intentaron, en oposición al establishment psicoanalítico, continuar sus procesos reflexivos socio-críticos. Cuando Hitler accedió al poder, inició la persecución de la población judía y se quemaron los libros de Freud. Pero paralelamente, comenzó la política de colaboracionismo de los psicoanalistas. Pese a la represión totalitaria, se realizaban esfuerzos por obtener el reconocimiento de los dueños del poder del discurso censurado del psicoanálisis, hasta que finalmente el mismo zozobró en el "Grupo de Trabajo A", del Instituto Alemán de Investigación Psicológica y Psicoterapia (conocido como Instituto Göhring de Psicoterapia). Uno de los más tempranos opositores a esta política fue Reich, quien, en una "acción de limpieza" (según Felix Böhm) del Instituto de Berlín, fue separado del grupo (Brecht et al., 1985, 103). Habiendo perdido su hogar tanto política como científicamente, Reich actuó según la divisa "Quien no está conmigo, está en mi contra" y se dedicó a conseguir el apoyo de Fenichel en la oposición. Con la separación de Reich comenzó una correspondencia entre Fenichel y sus amigos y compañeros militantes psicoanalistas, que constituye una documentación única de clandestinidad científica. En un período de once años, Fenichel envió cerca de 119 circulares (de las cuales la más extensa consta de ochenta págs.) en torno a la lucha contra el psicoanálisis medicalizado y lavado dentro de la IPA, orientada hacia un psicoanálisis subversivo (Jacoby, 1985, 47). A fines de 1935 Fenichel emigró de Oslo a Praga. En contraposición a Reich, quería mentener la discusión científica solo dentro de la institución psicoanalítica. Mantuvo esta posición aunque luego en 1937 aceptó que debería haber seguido la propuesta de Reich de disolver la Asociación Psicoanalítica Alemana a principios de 1933. Con el tiempo las dudas crecieron. Después de su emigración a Los Angeles, empezó a sonar resignado. Todavía en el congreso de Lucerna de 1934, dijo que siempre había pensado que la discusión debía darse en lo interno de la institución puesto que sin organización firme el psicoanálisis se desdibujaría y desaparecería; "...pero acontecimientos últimos me han hecho repensar, ¿será que ya las organizaciones con su congelada orientación medicalizadora bloquean más el desarrollo científico que la propia resistencia del mundo externo?" (Reichmayr, 1988, 93 y sig.). En 1945 había decidido apartarse de la enseñanza y práctica del psicoanálisis para ser médico asistente en el "Cedars of Lebanon Hospital" que habría de servirle para la reválida de su título de médico en USA. En la lucha contra la medicalización del psicoanálisis, quería de este modo hacerse inatacable. Para algunos, este trabajoso paso resultaba incomprensible, ya que Fenichel estaba a punto de ser admitido como analista didacta y enseñante de psicoanálisis en poco tiempo más. Pocas semanas antes de su muerte, pudo recibir su habilitación como "Enciclopedista del Psicoanálisis" con su libro "La teoría psicoanalítica de las neurosis". Esto no pudo evitar que su lucha por una enseñanza de la teoría freudiana del psicoanálisis sociocrítica, hubiera fracasado en su oposición dentro de la IPA a la medicalización y escolarización de la trasmisión, dejándolo en un "insilio interno". El proceso histórico del psicoanálisis desde la monarquía de los Habsburgo hasta el exilio norteamericano, ocasionó quiebres biográficos difíciles de elaborar. Las metas científico-políticas resultaron anticuadas, los viejos vínculos rotos. El movimiento psicoanalítico de su juventud era ya tan solo un recuerdo. El 14 de julio de 1945 escribió su última y más breve circular, la número 119. Allí describía sus múltiples visitas a los receptores de las circulares en Nueva York. "Estaba curioso de ver si alguien sugeriría un encuentro de nuestra "fracción". Pensaba secretamente que una tal propuesta sería una señal de que las "circulares" todavía tenían un sentido. (...) Nadie propuso un encuentro" (Jacoby, 1985, 164). Seis meses después, a los 48 años, falleció en Los Angeles preocupado por la evolución del psicoanálisis en los Estados Unidos.

martes, 2 de noviembre de 2010

PRINCIPIOS DE TERAPIA ORGONÓMICA Y BIOENERGÉTICA


Principios de terapia orgonómica y bioenergética

El principio de la Terapia Orgonómica es bien simple: superar la contracción crónica que interfiere con el libre flujo de energía orgónica en el cuerpo humano y restablecer el funcionamiento natural.

1. Aumentar el empuje interno del organismo, incrementando la capacidad de carga energética a través de la
1. respiración.
2. Atacar directamente los músculos espásticos para deshacer la contracción muscular (armadura).
3. Manteniendo la cooperación con el paciente, trabajando a nivel del yo y superando sus resistencias a la terapia
1. y al terapeuta.

– Nivel Superficial

– Nivel Secundario

– Núcleo
 


– El paciente tratará de mantener
– su inmovilidad y tratará siempre
– de esconder sus sentimientos.
– Ayudarle a tolerar cada vez
– mayores cantidades de
– ansiedad.
– La primera emoción que hay
– que sacar es la rabia para que
– después puedan emerger los
– sentimientos de anhelo y amor
– en cada uno de los segmentos.

MEDICINA ORGONOMICA. NIVEL GENERAL DEL FUNCIONAMIENTO DEL PACIENTE

1. Tener alguna idea del POTENCIAL ENERGETICO de nuestro futuro paciente (su educación, la escuela, el trabajo actual, cómo ha logrado un ajuste adulto, cómo se relaciona con la gente, cómo es su vida social, la edad y la situación emocional cuando se casó, número de hijos deseados o no). Escuchar detalladamente cómo ahora se maneja con los problemas pasados y penosos.

2. FUNCIONES CORPORALES

a. Comer
– Disfruta de la comida o no obtiene placer.
– Actitud hacia la comida.
– Bloqueo oral insatisfecho (excesiva)
– Ansiedad llenando el estómago.
– Deficiente, etc.

b. Sueño
– Normal: acostarse cansado y levantarse bien.
– Acostarse y levantarse cansado = baja energía y derrumbe energético.
– Estar fresco por la noche y cansado por la mañana = está evitando el contacto emocional durante el día
– Lucha por evitar la relajación durante el día y contra el perder la armadura durante el sueño = Neurosis

c. Sueños
– Revelan los conflictos antes que se actúen en la vida cotidiana actual.
– El paciente primero mejorará en los sueños, antes que en la vida cotidiana.

d. Hábitos de evacuación
– Estreñimiento
– Ansiedad (heces delgadas y largas)
– Retención (heces muy duras, penosas y evitación)

e. Menstruación
– Dolorosa: bloqueo pélvico, disgusto o resentimiento contra la regla.

f. Funcionamiento sexual
– ¿Cómo ha sido durante la infancia, pubertad y la época adulta?
– Tipo y método de masturbación durante la pubertad.
– Tipo de placer: placer y culpa, experiencias homosexuales y heterosexuales.
– Grado de satisfacción con el compañero y comparación con otros pasados.
– Cuantos compañeros sexuales ha tenido.
– El sexo es una obligación o un placer.
– Tipo de fantasías antes y durante el acto sexual.
– La masturbación más placentera que el acto sexual.
– Sexualidad alterada por la ansiedad. Las fantasías, algunas de ellas necesarias.
– Con los pacientes histéricos hay que tener mucha precaución de hablar de estos temas en la primera entrevista: dejarlo para la terapia.

g. Conocer todo tipo de enfermedades psicosomáticas del paciente (asma, bronquitis, colitis, problemas de piel, fatiga crónica, alergias, etc.)

MEDICINA ORGONOMICA: PRINCIPIOS TERAPEUTICOS GENERALES
Requisitos del terapeuta
– Debe estar lo suficiente preparado. Debe conocer lo que está haciendo y tener un mínimo de 10 años de análisis
– personal y supervisión clínica.
– Ayudar al paciente a encontrar una solución racional a sus problemas.
– Ser funcional: es mejor no intervenir que intervenir mal.

Objeto de la terapia
Solo un objetivo: ganar independencia del terapeuta.

Situación del terapeuta
1. Tiene la ventaja de trabajar tanto psicológica como físicamente.
2. Mira al paciente, lo escucha y lo toca: conoce las corrientes orgásticas que son los sonidos, los movimientos
2. y las expresiones naturales del ser humano.
3. Recordar que el paciente no dirá nunca toda la verdad, solamente lo hará al final de la terapia.
4. El paciente tratará de seducir al terapeuta, alejándose de la terapia para no revelarse a sí mismo. Si el terapeuta
2. acepta el caso, su obligación es ir al grano.
5. No perderse en los síntomas. Buscar la alarma roja y conocer y trabajar en la estructura del carácter. Decirle
2. siempre la verdad hasta donde el paciente pueda tolerarla.


Selección de los pacientes
– No todas las personas pueden ser tratadas.
– Acercarse a los problemas con respeto y precaución.
– Saber cuales son los candidatos al tratamiento: aquellos que vienen por sí mismos y con la absoluta libertad
– de abandonar el tratamiento cuando quieran.

MEDICINA ORGONOMICA: PROBLEMAS DE CONTACTO
Cuando el empuje desde dentro del organismo es igual al empuje desde fuera.
Fuerzas reprimidas Fuerzas represoras.
Equilibrio .No movimiento de energía. No contacto.

Contacto: carga energética + excitación = sensación + percepción + idea.
En terapia, cuando se trabaja en un nivel de la armadura, aparecen 3 cosas:
Primero: Ansiedad.
Segundo: Una emoción (rabia, desprecio, ira, llanto, etc.): sensación de alivio.
Tercero: Falta de contacto (y vuelta a empezar).
– Evitación de la excitación por la retirada de los ojos = falta de contacto.
– Sueño: es un estado normal de falta de contacto.

Síntomas de la falta de contacto:
– Sensación de soledad, de muerte interna. Desamor
– Anestesia genital y ansiedad orgástica.
– Comunicaciones superficiales, sueños de caída, sensación de romperse a trozos, parestesias,
– despersonalización, vuelta a los conflictos de la infancia, etc.

Terapia en la falta de contacto:
1. Aumentar del empuje energético interno o reducir el agarrotamiento = ansiedad.
2. Interpretarlo al paciente y evitar el CONTACTO SUSTITUTIVO.
3. Superar el bloqueo ocular, y ver la diferencia entre los ideales que uno busca y la realidad cruda la que uno
3. se encuentra.

MEDICINA ORGONOMICA: CONTACTO SUSTITUTIVO

Cuando se suprime el Contacto Sustitutivo aparece la ansiedad.
Cuando se suprime o se impide el Contacto Auténtico = el paciente se siente igual.

Contacto sustitutivo:
1. Cuando el contacto vegetativo inmediato es destruido y el que le queda al paciente no es suficiente para
3. mantener las relaciones con el mundo. Aparecen las conductas artificiales Intento de establecer
3. relaciones personales infantiles.
2. Movimiento de energía por debajo de un mínimo Formaciones reactivas.

Síntomas:
– Conductas hipócritas, no genuinas, sonrisas forzadas, etc.
– Promiscuidad, coquetería, hablar del sexo sin estar comprometido en una relación seria y gratificante.
– Afectación del lenguaje, exageraciones, cosas que no vienen al caso, etc.
– Movimientos no naturales y gestos socialmente embarazosos.
– Conducta afectada (condescendiente, dignificada, grandiosa, chiquilladas, etc.).

Terapia:
– Interpretarlo al paciente en cada sesión de la terapia orgonómica.
– Aparece una y otra vez el contacto sustitutivo cuando la ansiedad genital y la ansiedad de castración son
– atacadas directamente y de verdad.



MEDICINA ORGONOMICA: ANSIEDAD DE CASTRACION

La Ansiedad de Castración aparece en la etapa final de la terapia al llegar el paciente al segmento PELVICO.

Síntomas:
– Sensación de peligros y amenazas (fantasías) que vienen de fuera, miedos irracionales, sentimientos
– persecutorios como sentirse espiado, problemas con la autoridad o miedos del propio terapeuta. Se sienten
– como sensaciones reales.
– Al final el paciente los localiza en su propio genital.
– Si el paciente no los vive (en la terapia) y no los supera es cuando abandona en el tratamiento.


MEDICINA ORGONOMICA: ANSIEDAD GENITAL

ANSIEDAD PRE-ORGASTICA
– El paciente no tolera el proceso expansivo que ocurre al final de la terapia.
– Esta ansiedad produce en el organismo una contracción final y una nueva aparición de los síntomas previos
– por los cuales el paciente vino a la terapia. El paciente se queja de que está peor que nunca. La terapia no le
– ha servido de nada. Esto es debido al “mal olor” que producen todas las represiones y el descubrir la parte
– “secuestrada” del self.
– Superficialidad en sus comunicaciones e ideas y sensaciones de desintegración.
– Evitación del contacto genital auténtico. Si hay excitación sexual, las sensaciones se van.
– La ansiedad pre-orgástica aparece de una manera espontánea después del parto en todas las mujeres.
– La ansiedad pre-orgástica es mal diagnosticada: depresión post-parto, esquizofrenia, psicosis puerperal.

ANSIEDAD ORGASMICA
– Ansiedad final que siente el paciente con la completa rendición del organismo.
– El acto sexual es muy placentero hasta el orgasmo. Después, la ansiedad genital produce en los hombres dolor
– en la punta del pene y en las mujeres espasmos vaginales o anestesias.

SINTOMAS
– Sensación de muerte inminente o desintegración.
– Ansiedad de caída. Mareos y vértigos muy fuertes
– Movimientos bruscos y rígidos durante el acto sexual que disminuyen el fuerte placer que está emergiendo.
– Miedo a un compromiso emocional serio y necesidad de estar solo.

fuente: www.wilhelm-reich.org

BIOENERGÉTICA
La bioenergética de Lowen como todas las terapias holísticas intenta generar una relación sana entre cuerpo y mente, hasta conseguir llegar a usar la energía en la obtención de placer y felicidad en vez de sustentar con ella una coraza defensiva que al final se convierte en un parapeto en el que no cabe más que el sufrimiento.

La Bioenergética se sustente en aspectos físicos muy potentes, el movimiento y la respiración, y en la comprensión de las estructuras básicas del carácter humano.

La bioenergética es una terapia creada por Alexander Lowen, basada en las experiencias e investigaciones llevadas a cabo por Wilhem Reich.
Bioenergía podemos traducirla directamente como energía vital, o energía de la vida, es un término que se encuentra muy ligado en sus orígenes al mundo de la psicoterapia y que en la actualidad se ha ido extendiendo a otras terapias con diversos significados.

Cuando las experiencias de estrés y sufrimiento se substancian en el cuerpo lo hacen en forma de tensión. Esa tensión es energía y requiere energía para seguir activa, esa tensión permanente formará según la Bioenergética una “armadura” de protección, esa armadura de tensión, de músculos crónicamente contraídos es apenas perceptible para el que la padece, sufre y su mantenimiento es asumido por el inconsciente, lo cual acabará generando nuevas tensiones adaptativas.

Podemos destacar la importancia que tiene para la Bioenergética el sentido de la propia individualidad, yo como ser que dependo de mi mismo, la toma de conciencia de mi unidad, no dependiente de otro o de partes de mi para apreciarme, sean estas mi cerebro o mis pechos. El asentamiento pasa por descubrir el contacto con la tierra, mis pies, mis piernas, son un contacto muy firme con lo real. Los ejercicios de Lowen se orientan hacia afianzar el enraizamiento, hacia sentir el propio cuerpo y su realidad esencial.

La respiración es nuestro principal alimento, consumimos al día mas Kilogramos de aire que de cualquier otra substancia sólida o líquida, es la fuente vital de nuestra energía sin la cual perecemos en apenas unos instantes. La respiración es la expresión de nuestra vitalidad, cuando se establece la armadura de tensión, de inmediato se afecta la respiración, la limita y por ello restringe la energía de que disponemos

Volver a desarrollar una respiración natural, original, completa implica establecer nuevas sensaciones, experimentar la emoción del incremento del potencial de energía. La bioenergética desarrolla toda una serie de ejercicios en la dirección de la vivencia de la respiración y sus posibilidades en el desarrollo personal.

La Bioenergética define cuatro estructuras de caracteres clave para llegar a entender el funcionamiento interno de las personas cada personalidad incluiría una mezcla de los mismos: esquizoide, psicopático, masoquista y oral.
En esencia la Bioenergética pretende el desarrollo armonioso del hombre para que así pueda experimentar la vida en plenitud, con gozo y s