1.- Mantener la polaridad entre el Dar y el Recibir. Es mas “estar con alguien” que “por alguien”. La relación terapéutica no es la de alguien que actúa sobre alguien que recibe. La figura del terapeuta se distancia así de la del médico tradicional, y se acerca más a la de un compañero que guía en un viaje –tomando la imagen que ofrece Mahoney (1991) al modo de Virgilio respecto a Dante.
2- Poner el énfasis en el contacto, mas que en la cantidad de energía generada a través de intervenciones, puesto que los procesos saludables se caracterizan mas por un buen contacto que por una energía muy intensa. Si el contacto es bueno, generará la energía necesaria. Se evita así una intensificación oportunista de energía indiscriminada que puede inducir a la psicosis (bajo contacto y alta energía)
3- Mantener el equilibrio entre escuchar y protagonizar. Ello implica tanto la escucha del cliente como la escucha propia, sin precipitación en el actuar sin haber escuchado lo suficiente, tanto respecto al cuerpo del cliente como respecto al propio cuerpo del terapeuta, y la resonancia que el cliente esta produciendo en el.
4- Hacer del contacto el contenido de la sesión. Para Boadella, el contenido de la sesión viene dado por el contacto (del cliente consigo mismo y de la relación cliente-terapeuta)
5- Respeta el grado de maduración del proceso, sin provocar una explosión catártica antes de que la persona este preparada. En Biosíntesis la coraza puede eliminarse: bien por ruptura (catarsis, como en Bioenergetica) bien por disolución, de modo suave. Cada una de estas formas es adecuada a un tipo de persona y momento. Hoy, en estos tiempos, a menudo se trata de crear cierta coraza que permita un manejo eficiente de la realidad.
6- Distinguir entre invitación y expectativas, es decir: no se trata de que el terapeuta obligue al cliente a que cumpla sus expectativas de ir contra la resistencia, sino de invitar al cliente a dejarla de lado.
7- Mantener la relación entre juego y trabajo, de forma que no se trata tanto de centrarse en los resultados a obtener sino de dejar fluir el proceso. A ello contribuirá la concepción de que la enseñanza se puede realizar desde el juego, dejándose llevar por la curiosidad y la exploración de movimientos.
8- Cuidar la relación entre sentimiento y emoción, o sea contactar con el sentimiento que se esconde detrás de la emocion y que frecuentemente queda dentro si el terapeuta no lo atiende. Precisamente se trata de trabajar más con el sentimiento profundo que con la emoción.
9- Guardar la proporción entre lo que entra y lo que sale. Prestar atención al equilibrio del conjunto del proceso y las polaridades del mismo (Eje. No invitar a espirar si no se ha inhalado) No enfatizar tan solo lo que se suelta (Reich) sino atender también a lo que se acepta hacia dentro, manteniendo una relación equilibrada.
10- Mantener la visión de la persona más allá del problema. Dado que los psicoterapeutas tratan con problemas, se corre el peligro de identificar a la persona con su problema, a la hora de trabajar con ella. Mas bien se trata de ver al individuo como misterio, con un problema cuya respuesta esta en él mismo, como un puente sin usar que el terapeuta ayuda a descubrir.
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