Centro de Estudios Wilhelm Reich

CENTRO DE ESTUDIOS WILHELM REICH. Buenos Aires. Argentina

martes, 14 de marzo de 2017

REICH- LOWEN. Caràcter

Wilhelm Reich
Alexander Lowen

Caracteres Rígidos- Carácter Histérico
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CARÁCTER RÍGIDO / LOWEN

Basado en la agresividad en el trabajo y a nivel genital, con una armadura
tanto emocional como muscular. El yo está firmemente asentado, pero
su fuerza es inversamente proporcional al grado de rigidez. El estricto
control del funcionamiento a tenor de la realidad, no es generalmente
ansioso. Son erguidos y tiesos, orgullosos, levantan bastante la cabeza
y sostienen recta la espina dorsal, son actitudes defensivas ya que el
orgullo es su defensa propia, y la rigidez, inflexibilidad que se convierte
en defensa contra cualquier manifestación masoquista interna.

Está en guardia contra la condición de ser utilizado, atrapado y de que se aprovechen de él, por ello frena los impulsos de abrirse e ir a buscar algo, no pide, con lo que se queda atrás y esto le produce rigidez. Tiene un gran control sobre su conducta, y una posición genital fuerte, con lo que se asegura un buen contacto con la realidad, lo malo es que este énfasis de realidad se utiliza
como defensa contra la búsqueda del placer (entrega), siendo este su conflicto.

Tiene una carga bastante fuerte en todos los puntos periféricos de contacto con el medio, con lo cual tantea la realidad antes de entrar en acción, se permite la circulación de sus sentimientos pero bloquea su expresión. El rígido hace frente a todas las tensiones, aunque no haga falta y le pueda perjudicar, y es mas, busca tensiones para demostrarse como puede contrarrestarlas, ya que si se dan por vencidos, esto supondría aceptar su fracaso, debilidad y derrota como seres humanos, y eso su orgullo no lo puede tolerar, se aprietan las mandíbulas, se envaran las piernas y se contraen rígidamente las rodillas para estar presto a la lucha con una gran voluntad.
Tienen un cuerpo proporcionado y armonioso, de gran vivacidad, ojos brillantes, tez de buen color y animación en gestos y movimientos, esto disminuye en intensidad cuando hay una gran rigidez.
Son personas ambiciosas, competitivas y agresivas, consideran la pasividad como vulnerabilidad,
son obstinados pero no rencorosos, se controlan para no parecer alocados, por su propio miedo
a la sumisión que podría ser para ellos pérdida de libertad. El rígido, por lo general, se busca bien
la vida. Tiene ojos intensivos y brillantes, pero, cuando la rigidez es notable, se endurecen, aun sin
perder el brillo, esta dureza es su defensa contra la tristeza que late en su interior, relacionada con
un sentimiento de frustración.
Aquí están incluidos el fálico narcisista, la mujer histérica, el pasivo femenino, obsesivo y compulsivo.


Los rígidos no experimentaros traumas iniciales, el suyo es la experiencia de frustración en la
búsqueda de satisfacciones eróticas, prohibición de masturbación infantil, y ocurre en relación con el progenitor del sexo opuesto. El rechazo en la búsqueda de placer erótico y sexual el niño lo
consideró como una traición a su afán de amor. Por su fuerte ego el rígido no abandona esta idea,
procede con el corazón pero con control y dominio, dado que su deseo de intimidad y placer
recibió la repulsión paterna, el rígido opera indirectamente y en guardia para lograr sus fines,
no manipula como el psicopático sino que se mueve para lograr el acercamiento a la otra persona.
Su orgullo está vinculado al sentimiento de amor, el rechazo a su pasión sexual fue un fuerte
golpe que no digiere.

El carácter rígido establece relaciones bastante íntimas, aunque siempre sigue en guardia, a pesar
de su intimidad y entrega aparente. Esto le hace entrar en conflicto porque no deja volver
demasiado la cabeza a los designios de su corazón, siempre monta guardia entre sus deseos y
su amor. No se entrega ya que esto le puede reducir, según él, a una connotación de sumisión.

Al haber sido rechazado por un progenitor experimentó una sensación de traición, y para
defenderse se puso en guardia, para no volver a ser traicionado, no expresando su amor. Está
abierto al amor, pero no lo manifiesta, al reprimir el afecto su valor como tal disminuye, por lo
que es afectuoso en su presencia, pero no en su acción, por ello hay un elemento de realidad
en su fantasía, y el no distingue bien cuando su conducta es afectuosa, o no. En lo referido
a la agresividad el rígido es extraordinariamente agresivo para compensar su
sentimiento inferior de frustración.



EL CARÁCTER HISTÉRICO / REICH
El carácter histérico -por complicados que puedan ser los síntomas y reacciones
correspondientes- representa el tipo más sencillo de coraza caracterológica.
Su característica más sobresaliente es una conducta sexual evidente, en
combinación con un tipo específico de agilidad corporal teñida de un matiz
definidamente sexual. Esto explica el hecho de que la vinculación entre las histerias femeninas y la sexualidad se haya conocido desde hace ya mucho tiempo.

En las mujeres, el carácter histérico se evidencia por una coquetería disfrazada
en el andar, en la mirada yen el hablar. En los hombres existe además blandura
y cortesía excesiva, expresión facial femenina y comportamiento femenino.
Los rasgos mencionados aparecen junto a una aprensividad más o menos franca. Esto resulta evidenteen modo particular cuando la conducta sexual parece próxima a alcanzar sus objetivos; entonces el carácter histérico siempre se retira o adopta una actitud pasiva, angustiada.

Tan violenta como fue antes la acción histérica, igualmente intensa es ahora la pasividad.
En el acto sexual, hay a menudo un aumento de actividad sin la correspondiente experiencia sexual.
Esta actividad es un intento de superar una intensa angustia. En el carácter histérico, la expresión
facial y el andar nunca son duros y pesados como en el carácter compulsivo, o confiados y
arrogantes como en el fálico-narcisista. En el caso típico, los movimientos son blandos, y sexualmente provocadores. La impresión total es de fácil excitabilidad, a diferencia, por ejemplo, del autocontrol del carácter compulsivo.

Si bien la coquetería apareada a la aprensividad y asimismo a la agilidad corporal, son evidentes
de inmediato, los demás rasgos del carácter histérico se mantienen ocultos. Entre ellos figuran
la inconstancia de las reacciones, es decir, una tendencia a cambios de conducta inesperados e
impensados; una marcada susceptibilidad a la sugestión, siempre unida a una firme tendencia a
reacciones de decepción, con la misma rapidez con que un carácter histérico, a diferencia del
compulsivo, se deja convencer aun de lo más improbable, abandonará esa convicción y la
reemplazará por otras adquiridas con igual facilidad.

La aquiescencia se ve entonces rápidamente reemplazada por lo contrario, rápida depreciación y
menosprecio sin fundamento. La sugestibilidad del carácter histérico le predispone a la hipnosis
pasiva, pero también a los vuelos de la imaginación. Se relaciona con la extraordinaria capacidad
de formar ligazones sexuales de índole infantil. La vívida imaginación da origen con facilidad a la
mentira patológica, pues las experiencias imaginadas pueden concebirse y narrarse como
experiencias reales.

Así como el carácter histérico se expresa en forma marcada en la conducta corporal, en la misma
forma tiende a representar los conflictos psíquicos mediante síntomas somáticos. Esto puede
entenderse fácilmente en virtud de la estructura libidinal.


El carácter histérico está determinado por una fijación en la fase genital del desarrollo infantil,
con su ligazón incestuosa. De esta fijación deriva el carácter histérico su marcada agresividad
genital, así como su aprensividad. Los deseos de incesto genital están reprimidos, mas han
conservado toda su catexis; no están reemplazados por impulsos pregenitales como en el caso
del carácter compulsivo. En la medida en que en el carácter histérico desempeñan un papel
importante los impulsos pregenitales, es decir, orales, anales o uretrales, constituyen
representaciones de la genitalidad o están al menos combinadas con ella.

Como lo expresara Ferenczi, el carácter histérico lo genitaliza todo, dado que el carácter histérico
sufre siempre de una severa perturbación sexual, y dado que la estasis de libido genital ejerce
los efectos más pronunciados, la agilidad sexual debe ser tan intensa como las reacciones de
angustia. El carácter histérico, a diferencia del carácter compulsivo, sufre de una tensión sexual
directa. Eso nos trae a la naturaleza de la coraza caracterológica. La coraza está mucho menos
solidificada, es mucho más lábil que en el carácter compulsivo. Es simplemente una defensa
aprensiva contra los impulsos de incesto genital. Parece paradójico, pero es un hecho, que aquí
la sexualidad genital esté al servicio de algo dirigido contra sí misma: cuanto más aprensiva es
la actitud total, tanto más pronunciada es la conducta sexual. El significado de esta función es
el siguiente: el carácter histérico tiene impulsos genitales intensos e insatisfechos, inhibidos por la
angustia genital; así, se siente constantemente expuesto a los peligros correspondientes a sus
temores infantiles. El impulso genital original se utiliza entonces para tantear, por así decirlo,
la índole y la magnitud de los peligros que amenazan.

Así, por ejemplo, cuando una mujer histérica hace propuestas sexuales particularmente activas,
es erróneo suponer que se trata de una auténtica disposición sexual. Por el contrario, con el
primer intento de aprovechar esta aparente disposición, descubriremos que su conducta
se convierte de inmediato en la opuesta: angustia o cualquier tipo de defensa, incluyendo la huida motriz. La conducta sexual sirve, pues, a la finalidad de tantear si los peligros esperados se
materializarán, y desde dónde lo harán. Esto resulta evidente en las reacciones transferenciales
durante el tratamiento analítico.

El carácter histérico ignora siempre el significado de su conducta sexual, lucha contra el hecho
de llegar a conocerlo, se indigna sobremanera ante tales "sugerencias"; en pocas palabras,
pronto comprendemos que lo que parece un impulso sexual es sexualidad en función de
defensa. Sólo después de haber desenmascarado esto y haber disuelto analíticamente la angustia
genital infantil, aparece en su función original el impuso genital hacia un objeto; en la medida en
que eso sucede, el paciente pierde también la exagerada agilidad sexual. El hecho de que esta
conducta sexual exprese también otros impulsos secundarios, tales como narcisismo primitivo o
el deseo de dominar o de causar impresión, carece de importancia en este contexto.

En la medida en que se encuentran en el carácter histérico otros mecanismos además de los
genitales, ya no pertenecen específicamente a este tipo caracterológico. A menudo
encontramos por ejemplo mecanismos depresivos. En estos casos, se descubre que la fijación
incestuosa-genital fue en parte reemplazada por una regresión a mecanismos orales.

La marcada tendencia de los histéricos a las regresiones orales, se explica por la estasis sexual
en esta zona y por el hecho de que, por haber asumido el papel del genital, la boca absorbe
mucha libido "desplazamiento desde abajo hacia arriba". En este proceso, se activan también
reacciones de tipo melancólico que pertenecen a la fijación oral original. El carácter histérico
se presenta, pues, en su forma pura si es ágil, nervioso y vivaz; si es depresivo, retraído y autista,
pone de manifiesto mecanismos ya no específicamente histéricos. No obstante ello, se justifica
hablar de depresiones histéricas, como contraste con las depresiones melancólicas. La diferencia
estriba en la medida en que la libido genital y las relaciones objetales están presentes junto a las
actitudes orales. Esto explica las transiciones graduales en cuyos extremos encontramos la
melancolía pura y, donde predomina la genitalidad, la pura histeria.

El carácter histérico presenta escasa tendencia a la sublimación y a la realización intelectual,
y una tendencia a las formaciones reactivas mucho menor que otros tipos caracterológicos.
Esto se debe también a que la libido no se descarga en la gratificación sexual que reduciría
la hiper sexualidad, ni las energías sexuales enraizan con amplitud en el carácter; por el contrario,
se descargan en inervaciones somáticas, en la angustia o en la aprensividad.
Los mecanismos de la histeria se usan a menudo para demostrar la supuesta antitesis entre
sexualidad y realización social.

El carácter histérico no utiliza la libido genital para formaciones reactivas o para sublimaciones;
más aún, no existe siquiera la formación de una sólida coraza caracterológica. El hecho es
que las excitaciones genitales plenamente desarrolladas no se prestan a otra cosa que a la
gratificación directa; su inhibición obstaculiza también severamente la sublimación de otros impulsos,
porque los dota de un exceso de energía. Podríamos suponer que esto se relaciona con una
cualidad específica de la genitalidad; es más probable, sin embargo, que se deba a la cantidad
de libido implicada en la excitación de la zona genital.


El carácter histérico. / LOWEN 

La función del yo está asentada en la realidad, del mismo modo que la función sexual lo está en la
genitalidad, pero, en la estructura histérica ambas funciones están exageradas y se mantienen
gracias al endurecimiento del componente agresivo motor que desempeña una función defensiva.

Personas de claro comportamiento sexual, en combinación con un tipo específico de agilidad corporal,
dotada de un definido matiz sexual, inclinadas a sexualizar todas las relaciones no sexuales,
sugestionables, propensas a los estallidos emocionales irracionales, a la dramatización y al
comportamiento caótico e histriónico, incluso a la pseudología fantástica.

Orgullo en la rigidez del cuello e inflexibilidad de mandíbula es un aspecto de esta actitud. Tensión
en la parte inferior de la espalda y retracción de la pelvis son el equivalente sexual de la
actitud del yo. El carácter histérico mantiene un conflicto entre un intenso temor a la sexualidad
y un intenso, aunque reprimido, deseo sexual. Teme enamorarse, es decir, "caer en amor" y este
temor a la caída se manifiesta en la rigidez en las piernas. Como la agresividad es empleada
de un modo defensivo, no adapta la agresión sexual abierta, sino de incitación al hombre.
"Es un pez que desea ser atrapado, y al mismo tiempo lo teme", y el peligro que teme no es otro
que el compromiso emocional profundo. La liberación de la agresividad de su función defensiva
es lo que transforma el carácter del histérico.

Incitación a través de gestos sexuales, ojos, caderas, inconscientes que generalmente acaban con
la sumisión de la mujer que es, inconscientemente, lo que pretendía desde el principio. En todo este
componente inconsciente, la sumisión sirve para descargar en el hombre la responsabilidad del
acto sexual, sumisión aparente ya que encierra una actitud agresiva que conduce a la descarga
sexual. La persecución por parte del hombre tiene a reparar la afrenta narcisista sufrida por el
rechazo paterno de la sexualidad de la histérica. La sumisión sexual que oculta una actitud
agresiva es la marca de la casa del carácter histérico.

Este carácter está relacionado con el conflicto genital que surge como consecuencia de un
complejo de Edipo no resuelto, todo carácter histérico afronta la sexualidad con una actitud
inconsciente derivada de este complejo. El primer objeto genital de la niña es el padre.
El flujo de la libido hacia el hombre adulto solo se produce después de que la función genital ha
quedado establecida, hacia los dos, tres años de vida.

Un padre autoritario puede producir en la niña un gran temor hacia el hombre, y además de inhibirse
el deseo genital se reprime y bloquea la ira producto de la frustración. El deseo está bloqueado por la ira reprimida del mismo modo que la ira está bloqueada por el deseo reprimido, el endurecimiento
que produce la represión de estos impulsos antagónicos constituye la rígida armadura del carácter histérico.

Toda represión actúa como una defensa frente a los impulsos antagónicos. La ira no puede ser
descargada mientras no se suprima el deseo sexual hacia el padre o sustituto. La ira y el orgullo reprimidos bloquean el acceso al deseo suprimido.
Una característica del carácter histérico es que pese a la rigidez y la armadura del cuerpo, la pelvis
es mas o menos flexible y sexualmente activa. Las tensiones específicas son superficiales,
las principales están localizadas en los músculos de la vagina y en los abductores del muslo.

Carece de síntomas mientras se mantiene el equilibrio entre la producción y la descarga de
energía, pero si este equilibrio está a un nivel inferior a la plena capacidad, la vida resulta poco
interesante y carece de sentido, los sentimientos de aburrimiento, de llevar una vida rutinaria y de insatisfacción son habituales en ella. Su vida cotidiana se torna insulsa y trata de alterarla en el
sentido de una mayor producción de energía y unos sentimientos más profundos, lo que le puede
llevar a establecer otras relaciones y a buscar la aventura.

No le resulta difícil aumentar el nivel de producción de energía, aumentando la sensación
de excitación, a través de nuevas relaciones, el problema entonces surge en como descargar
la energía suplementaria. Ante una nueva experiencia hay una mayor carga sexual, más vitalidad
y alegría, sin embargo al no suceder lo mismo con la capacidad de descarga la energía vuelve al
estadío anterior, disminuye la excitación, la novedad deja de serlo y hay que buscar una nueva relación.

Cuando la histérica eleva la producción energética a un nivel superior, motivado por la liberación de emociones reprimidas, ha de aprender a soportar y a descargar este incremento de energía, cuando esto actúa así la ansiedad se reduce al mínimo. En sentido contrario, cuando no hay equilibrio, la pelvis se paraliza, el aparato genital capaz de descargar una cierta cantidad de energía, deja de funcionar cuando esa energía aumenta de un modo significativo.
Así cuando los sentimientos amorosos se movilizan en forma de impulso sexual, la ansiedad
resultante puede ahogar el deseo sexual, impedir toda descarga o hacer que la mujer se
vuelva contra el hombre. La ansiedad que se produce es convertida o contenida en un síntoma
somático y el conflicto es transferido al nivel psíquico. El ataque histérico es la contrapartida
psíquica del intento de reprimir un fuerte estado de ansiedad. Freud: "determinados aspectos
sugieren que la neurosis de ansiedad es la contrapartida somática de la histeria"

El carácter histérico no teme tanto el contacto genital como los sentimientos amorosos
profundos que tienen su origen en el corazón, su sexualidad está limitada a los genitales, no
abarca la totalidad del organismo. La personalidad está dividida entre los sentimientos tiernos y
amorosos, el amor romántico, y la genitalidad sumisa. Su neurosis consiste en el antagonismo
entre dos aspectos de un mismo impulso, cuando la descarga genital queda bloqueada surgen
los síntomas histéricos típicos.

Al tratar en terapia de llegar al corazón de la histérica, y movilizar sus sentimientos amorosos, nos
encontramos con una obstinada resistencia y orgullo, siendo este orgullo obstinado, forzado e
inflexible la clave de su carácter. Se puede establecer una relación entre este orgullo y su tendencia
a los síntomas histéricos. El orgullo de la histérica tiene que ver con la sensación de haber sido
dañada, sensación inconsciente tan profunda que determina su comportamiento, y le hace pretender
no volver a ser dañada nuevamente.

Su afrenta, que dio origen a lo anterior, fue el rechazo de su amor en el plano genital, esto sucedió
porque ese amor fue dirigido sobre todo al padre, quien no pudo corresponder a él. La niña
se halla atrapada entre el impulso de amor sexual y el temor al rechazo. En ese momento, los
sentimientos tiernos, procedentes del corazón, y las sensaciones genitales se hallan unificados
en una sola corriente o sentimiento. La niña no distingue entre amor y sexualidad. Lo perjudicial
procede de la conciencia creada en la niña de que no ha de manifestar sentimientos de
ternura y deseos genitales hacia una misma persona, estos son reprimidos y permanecen latentes
en el crecimiento.


En los impulsos de la pubertad despierta de nuevo el deseo genital, esto dota de significado y
excitación a la vida, y la adolecente trata de preservarla a expensas de los sentimientos amorosos
más profundos asociados al corazón. En todos los caracteres histéricos hay una doble sensación
de daño. Una asociada a la primera infancia, otra relacionada con la adolescencia. La sensación
de daño, arrastrada desde la infancia y causante de la inhibición de la sensación genital, es
responsable del complejo de castración.

Esta represión de la sensación genital puede desarrollarse aun un existiendo el padre en el hogar,
los factores sociales adoptan una actitud negativa hacia el sexo en nuestra cultura, la frustración
de la masturbación infantil, restricciones a los juegos sexuales de los niños, el no contestar a los
niños a preguntas sexuales, o su evitación, prohibir su curiosidad, hace que la niña se enfrenta
al hecho de que la realidad de la vida social es hostil a su impulso sexual y reacciona del mismo
modo que si la frustración tuviese su origen en el padre.

La frustración del impulso sexual de la niña no es experimentada como una negación de la
genitalidad, ya que el impulso corre del corazón a los genitales, es percibido como un rechazo
de amor, por eso, esa sensación profunda de daño. Su percepción es correcta, ya que el amor que
no se manifiesta a través del contacto físico no satisface las necesidades básicas del organismo.
Al sentirse dañada en su expresión de amor, la niña aprende a ser menos vulnerable a esta
ofensa a través de un progresivo endurecimiento. "No voy a ceder al amor que siento por ti,
así no me rechazarás". Esto conlleva orgullo como actitud. Se endurece la espalda desde
la base del cráneo hasta el sacro, se pone el cuello rígido y la cabeza se mantiene erguida.

La frigidez entendida como la ausencia de cualquier sensación genital es un problema relacionado
con la histeria, se puede, incluso, considerar como un síntoma de conversión o una expresión
de anestesia o parálisis histérica. Frigidez no es ausencia de sexualidad, la mujer frígida
revela actitudes claramente sexuales, aunque ella no se de cuenta ya que carece de toda sensación
genital. Los analistas comparan el problema de la frigidez con el cuento de la bella durmiente,
de hecho, en todo carácter histérico existe la esperanza de que un amante ideal ha de venir a
liberar la sexualidad femenina reprimida, aunque esto, rasgo histérico, no nos diga mucho ya que
estamos hablando de la inhibición de la sensación sexual en general.

La idea básica de Lowen es que la función genital expresa el principio de realidad y trata de demostrar
que la actitud de cualquier persona hacia la realidad se manifiesta en su función genital, y en lo
tocante a la frigidez sexual absoluta dice que surge al evitar la excitación general por medio de
movimientos serpenteantes, que en sí mismos constituyen una expresión de negatividad.

El retorcimiento es una reacción natural ante el dolor o el displacer cuando los medios de escape
se hallan bloqueados y el organismo no se congela. Esto ocurre cuando hubo circunstancias que
no permitieron escapar a una situación desagradable (trauma), agresión de un adulto a una niña,
la combinación de excitación sexual y temor mantiene a esta en una situación de total ansiedad:
la niña se retuerce.

El retorcimiento ante la excitación sexual no se limita a la agresión física, también a las experiencias
desagradables vividas en la infancia y relacionadas con la sexualidad, masturbación
descubierta por la madre, el intenso temor puede hacer que ella se retuerza, este tipo de reacción
constituye la armadura rígida de placas, o bien al tratar de explicarse y combinar excitación y
ansiedad puede producir la armadura de malla flexible. Ambas armaduras tienen como
función eliminar la producción de energía, disminuyendo movilidad y respiración, todo proceso de armadura indica que la agresividad sexual es empleada como arma defensiva.


La armadura histérica
El ataque histérico es un fenómeno explosivo. Un exceso de energía puede ahogar el yo en
"estallido histérico", o bien puede encerrarlo en una parte del cuerpo donde, aislado, produce
a su vez una sintomatología histérica. La inmovilización dará como resultado la parálisis histérica.
Lo importante de este proceso es que hecho de que la situación explosiva depende del
desarrollo de una fuerza dentro de un sistema o recipiente cerrado y rígido. Es esta rigidez
sistemática lo que constituye la naturaleza esencial de la estructura histérica del carácter.
La rigidez es un proceso corporal global que rodea al organismo como si fuera una armadura.

Fue Reich el que introdujo este término para designar un estado en que la ansiedad queda
asimilada hasta convertirse en un mecanismo protector que tiene la finalidad económica de servir,
por una parte, como protección frente a los estímulos del mundo exterior, y por otra, frente a
los deseos libidinosos internos. La armadura caracterológica tiene su equivalente en una
armadura muscular que desempeña la misma función desde la perspectiva bioenergética
que aquella desde la psicológica.

La armadura fue interpretada como una pecera de cristal donde nadaba el pez. La armadura
da protección, pero exige aislamiento y limita la vida del organismo, y está representada
somáticamente por las tensiones musculares. Toda armadura se basa en una tensión muscular,
pero no toda tensión muscular constituye una armadura. Las fuerte tensiones apreciadas en
esquizofrénicos, orales o masoquistas no constituyen una armadura. La armadura corporal
se basa en una total rigidez corporal. Espalda rígida e inflexible, cuello tieso y cabeza erguida,
pelvis más o menos retraída y tensa. Lo más importante es que la parte frontal del cuerpo
está dura, rigidez de pecho y abdomen. Si esta parte, lado blando y vulnerable, donde están
sentimientos, estuviera desprotegida la armadura de la espalda no le serviría de nada.

La armadura se desarrolla a partir de la inmovilización de la agresividad en el niño,
es la expresión de la actitud tensa que se adopta para hacer frente a un ataque. La tensión de la
parte frontal del cuerpo se produce al retrasar los hombros y estirar de este modo los músculos
delanteros al tiempo que se los contrae. Cuando las partes frontal y posterior del cuerpo se
hallan encerradas en una envoltura rígida formada por músculos tensos, podemos decir que
el organismo está armado.

El cambio de estructura se produce a través de un cambio en la dinámica del carácter.
Ninguna armadura puede ser liberada sin liberar la ira reprimida, que entonces fluye con fuerza hacia
brazos y manos. A medida que los hombros adquieren movilidad, el pecho se relaja, la respiración
se hace más profunda y aumenta la producción de energía, esto puede producir ansiedad (en el
tratamiento) para lo que hay que haber preparado un buen asentamiento de los pies en el suelo.





La armadura contiene la ansiedad reduciendo la respiración a través de un control inconsciente
sobre los músculos de la parte frontal del cuerpo. Aunque el diafragma esté libre, la rigidez general
de la estructura limita la entrada y salida de aire. Por eso, el primer paso para el tratamiento es
el de una respiración libre y profunda. La mayor entrada de oxígeno hace aumentar la
producción de energía y fortalece la formación de impulsos, pudiendo estos desarrollar la
suficiente fuerza para vencer la represión y alcanzar la superficie en forma de conciencia y acción.
La función respiratoria no puede ser tratada como un hecho aislado ya que incide en el
comportamiento global del organismo.

fuente: http://institutoananda.es/bio05/

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